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Alopecia: cómo tratar la pérdida del cabello


La herencia genética, el alto nivel de estrés, anomalías en el cuero cabelludo o un ambiente contaminado suelen ser factores que contribuyen a la caída del cabello, que puede representar un problema temporal o convertirse en la temida calvicie hereditaria o alopecia androgénica. Aunque evitar la caída del cabello es prácticamente imposible, la densidad diaria de la pérdida puede darnos algunas señales de alerta; en el siguiente artículo vamos a ver de qué se trata esta patología y cómo podemos tratarla.

La calvicie o alopecia androgénica

Por lo general, las personas tienen, en promedio, unos 150 mil pelos en el cuero cabelludo, creciendo a razón de 12 a 13 centímetros cada año. Diariamente, se renuevan una centena de ellos, en circunstancias normales. La calvicie o alopecia androgénica es la pérdida excesiva del cabello de forma progresiva, por encima del promedio indicado, representando una enfermedad que se presenta con mayor frecuencia entre los hombres que entre las mujeres.

Para un mejor diagnóstico, los especialistas clasifican la alopecia en dos grupos; las alopecias no cicatriciales que son la gran mayoría de los casos y en las que, aunque el cabello se pierde, el folículo piloso permanece intacto por lo que, mediante un tratamiento especial, el paciente puede recuperar el cabello; y las alopecias cicatriciales, en las cuales el folículo piloso se destruye y la pérdida del cabello es irreversible.

En algunos casos, el paciente puede desarrollar, en primera instancia, una alopecia no cicatricial y la enfermedad puede derivar en una alopecia cicatricial, perdiendo toda posibilidad de recuperar el cabello. Es importante saber que esta enfermedad se puede presentar a cualquier edad.

Factores desencadenantes de la alopecia no cicatricial

Son distintos los factores que pueden contribuir a la pérdida del cabello, siendo el envejecimiento la causa más común. No obstante, la alopecia se puede generar a raíz de un cuadro de estrés físico o emocional en cuyo caso la caída del cabello se acelera notablemente. El consumo de algunos medicamentos como anticonceptivos, antidepresivos o anticoagulantes, también pueden desencadenar la pérdida del cabello.

En el caso de la alopecia androgénica, ésta es causada tanto por factores genéticos como hormonales, generando que el pelo terminal del paciente sea sustituido de forma progresiva por pelo velloso. El test de lavado capilar modificado puede servir para diagnosticar esta condición.

Por su parte, la alopecia areata es una de las formas de la alopecia no cicatricial que puede ser causada por factores endocrinos, genéticos, infecciosos, psicológicos o autoinmunes, además de lesiones en la cabeza o irritaciones oculares. Está condición también puede estar asociada a otras enfermedades como el vitíligo, el síndrome de Down o la enfermedad de Addison.

Ahora bien, existe una condición en la que la pérdida de cabello se produce con más celeridad que las demás, denominada efluvio telegénico. Este estado puede ser provocado por déficits nutricionales debido a la carencia de vitaminas y proteínas, alteraciones del sistema endocrino, infecciones, trastornos de ansiedad, cuadros de depresión, traumatismos o cierto tipo de tratamientos farmacológicos. El efluvio telegénico también es sufrido por las mujeres tras el parto, denominado alopecia postparto, debido a la disminución de estrógenos después del embarazo.

Causas de alopecia cicatricial

En los casos de alopecia cicatricial, la inflamación que destruye el folículo piloso no se puede ver a simple vista ya ésta es producida bajo la piel, razón por la cual puede pasar inadvertida durante cierto tiempo. No obstante, algunos pacientes manifiestan ardores, picor y dolor intenso. Esta condición puede ser producida por factores genéticos o alteraciones en el desarrollo, así como por infecciones, traumatismos, quemaduras o sesiones de radioterapia.

Por último, la alopecia por tracción consiste en la pérdida de cabello producida por el uso de extensiones, sujetadores de cabello, trenzas, moños muy apretados o cierto tipo de peinados. También, esta condición es frecuente entre quienes utilizan gorras, pañoletas, cascos de motocicleta o cualquier otro dispositivo que presione el cuero cabelludo. Aunque este tipo de alopecia puede ser reversible si se elimina la causa que la está originando, en ciertas ocasiones los folículos pilosos pueden haberse destruido de forma irreversible.

Un análisis clínico minucioso permitirá determinar el tipo de alopecia que sufre el paciente, con el fin de determinar de manera exacta el porqué de la pérdida del cabello y el tratamiento más adecuado para solucionarlo.

Tratamientos efectivos para la alopecia

En los casos en los que el especialista haya diagnosticado alopecia no cicatricial, el pelo podrá volver a crecer en algunas semanas o meses, de acuerdo a la condición en la que se encuentre el paciente. Por el contrario, en los casos más complicados, tratamientos como terapias de luz ultravioleta, medicamentos tópicos para la piel o inyecciones de implante de cabello son los aconsejables.

El Minoxidil es un vasodilatador muy utilizado para retrasar o prevenir el desarrollo de alopecia, usado tanto por hombres como por mujeres. Este medicamento es aplicado directamente sobre el cuero cabelludo a través de distintas técnicas como la bioestimulación capilar o la bioestimulación transdérmica. Este tratamiento, sin embargo, debe ser supervisado por el médico especialista ya que puede producir efectos adversos como enrojecimientos o irritaciones.

Otro tratamiento a base de Finasterida es utilizado con mucha efectividad para el tratamiento de la alopecia androgénica, aunque solo puede ser aplicado en varones de entre 18 y 59 años ya que presenta un alto riesgo de malformaciones en el feto para las mujeres en gestación. Este tratamiento, además, puede producir impotencia o alteraciones en la función sexual de los hombres.

Algunos otros tratamientos como el láser capilar o el Plasma Rico en Plaquetas también han probado su efectividad para prevenir la caída del cabello. Para los casos agresivos o irreversibles, existe la posibilidad de realizar injertos capilares o el uso de prótesis a la medida del paciente.

Recuerda siempre acudir al especialista en medicina capilar ante la sospecha de padecer algún tipo de alopecia, a fin de que realice un diagnóstico adecuado y determine el tratamiento más efectivo para ti. Una alimentación rica en nutrientes y el cuidado del cabello constante representan la mejor manera de prevenir la pérdida del cabello.

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