SALUD & BIENESTAR

Cómo afrontar la ludopatía en la familia


El entorno familiar se altera mucho cuando se presenta un caso de ludopatía en casa y sus miembros sufren de forma intensa las consecuencias de esta adicción. La situación se complica cuando, por desconocimiento o vergüenza, no se habla sobre el problema del juego con el enfermo, se oculta la situación que se vive o se toma como algo pasajero. Las consecuencias no solo son emocionales sino, también, económicas, por lo que es imprescindible saber qué hacer para afrontar el problema de la ludopatía en la familia.

El juego patológico o ludopatía

La ludopatía es un trastorno que se caracteriza por la alteración del comportamiento del individuo, que se ve obligado a participar y apostar, de manera progresiva e incontrolable, en juegos de azar, afectando negativamente su vida personal y familiar. La Organización Mundial de la Salud – OMS reconoce a la ludopatía como una enfermedad que domina la vida de la persona afectada y perjudica su escala de valores, generándole tanto un perjuicio económico como el deterioro de sus relaciones afectivas.

Esta adicción se produce en juegos de apuestas con capacidad adictiva, es decir, aquellos en los que el tiempo entre su ejecución y el premio recibido es relativamente corto. Estos juegos son, por lo general, aquellos que se ofrecen en casinos, bingos, loterías y vía Internet.

El ludópata va en busca de ganar dinero o, en la mayoría de los casos, de recuperar lo que ha perdido. Este descontrol lo lleva a tener consecuencias graves que afectan su salud física, su economía y su estabilidad emocional.

El problema de la ludopatía en la familia

Aunque el primer afectado es el propio individuo, el entorno familiar también sufre las consecuencias de la ludopatía de manera progresiva. Cuando se presenta un caso de ludopatía dentro de la familia, suele pasar que sus miembros prefieren no tocar el tema y hacer como que es un asunto sin trascendencia, enmascarando el problema. Los miembros de la familia sufren distintas etapas durante el proceso.

En principio, la familia suele pasar por una etapa de negación, a través de la cual los integrantes se quieren convencer de la no existencia del problema, considerando la situación como pasajera. Pueden pasar años en este estado ya que esta negación viene alimentada de las constantes mentiras por parte del enfermo para esconder sus actos.

Una vez que se empiezan a presentar los primeros inconvenientes económicos y las notificaciones de deudas, los integrantes de la familia se encuentran en la etapa del stress o frustración, en la cual se manifiestan sentimientos de ira, enojo y resentimiento contra el jugador habitual. En esta etapa, no obstante, aún se niega la existencia de una enfermedad, orientando sus esfuerzos al pago de las obligaciones económicas.

oFinalmente, llega la etapa de desgaste o agotamiento, en la que la familia se encuentra extenuada por las constantes mentiras del jugador. Los integrantes de la familia se encuentran angustiados y desesperados por lo incontrolable de la situación y por las constantes discusiones familiares al no encontrar una solución definitiva al problema. Se presentan rupturas entre los miembros, el aislamiento del enfermo y crecientes manifestaciones de enfado, ira y violencia por parte de éste.

Consejos para afrontar la ludopatía en la familia

Enfrentar el problema de la ludopatía en búsqueda de una solución definitiva debe ser el objetivo principal de los miembros de la familia, a pesar de lo difícil o molesto del asunto. Por ello, resulta indispensable poner en práctica una serie de recomendaciones, entre ellas, acudir en busca de la ayuda profesional en adicciones.

La comunicación con el enfermo deberá ser la principal herramienta a utilizar por parte de los miembros de la familia. Es preciso hablar con él de forma clara y sincera, con confianza y de manera pacífica. El mensaje a trasmitir deberá ser la preocupación que sienten en el entorno familiar por su salud y bienestar.

Es necesario hacerle ver al enfermo las consecuencias negativas de sus acciones, como es el caso de la acumulación de deudas, las pérdidas de dinero, los cambios en su estado de ánimo y los problemas en su entorno laboral, entre otras. Muchas veces, el enfermo no es consciente de la gravedad de estas consecuencias.

Escuchar detenidamente al enfermo lo ayudará a exteriorizar sus sentimientos con total confianza. Dejarlo expresarse y opinar abiertamente es muy importante para él, por lo que se recomienda no reprocharle ni juzgarlo por sus acciones. Es probable que sus sentimientos vengan cargados de tristeza y frustración.

Buscar ayuda psicológica profesional es el siguiente paso después de haber aceptado que la enfermedad ha hecho estragos en el entorno familiar. Conseguir que el enfermo acepte su condición de ludópata es esencial en esta etapa, a fin de ir juntos en busca de un tratamiento adecuado que lo saque de la adicción.

Acciones concretas para ayudar al enfermo de ludopatía

Como en toda adicción, es recomendable mantener alejado al enfermo de los establecimientos de juegos de azar, así como limitarle el acceso al dinero, siendo recomendable destinarle una cantidad mínima de efectivo al día para que pueda cubrir sus gastos básicos.

Acompañar al enfermo la mayor parte del tiempo ayudará a evitar recaídas. Además, se recomienda mantener informado a su entorno más cercano a fin de impedir las tentaciones que puedan trasmitir algunas amistades, así como mantener alejadas a las malas influencias.

En ocasiones, en especial en los casos más graves, es de gran utilidad una terapia farmacológica ya que es posible disminuir los impulsos con la ayuda de medicamentos. Algunos inhibidores selectivos de recaptación de la serotonina como los utilizados en los casos de depresión suelen ser recetados por los especialistas.

Acudir a un especialista en psicoterapia de las adicciones permitirá encontrar la solución adecuada para la ludopatía. El objetivo principal deberá ser la recuperación total del enfermo y, por ende, del bienestar de todo el entorno familiar. Para ello, es indispensable el compromiso, en primera instancia, del mismo paciente y de todos los integrantes de la familia que son quienes servirán de soporte emocional para la recuperación y rehabilitación del enfermo.

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