Uno de los motivos de visita más usuales en un consultorio de pediatría es aquel referido al trastorno en el desarrollo del lenguaje en el niño. Y es que es posible que el menor manifieste distintos tipos de problemas en esta área, que van desde dificultades en la articulación de fonemas hasta situaciones mucho más complejas como la falta de comprensión del mensaje hablado, entre otras. En esta ocasión, trataremos de identificar cuáles son las alteraciones del lenguaje en los niños y por qué es importante corregirlas a tiempo.
Por lo general, el proceso de comunicación empieza desde los primeros meses de vida, desarrollándose de una manera natural en el pequeño. Una evolución correcta del lenguaje debe permitirle, al menor, obtener la capacidad de oír, entender y recordar. Sin embargo, en el caso de algunos niños, este proceso de adquisición del lenguaje puede tornarse muy lento y complicado.
Los especialistas se refieren a este problema como una falla en el desarrollo del lenguaje o disfasia del desarrollo, clasificación que se aplica a aquellos casos que no pueden ser atribuidos a fallas auditivas o alteraciones de origen neurológico. Además, de acuerdo al tipo de inconveniente, puede catalogarse como trastorno del lenguaje expresivo, en caso de que el niño muestre dificultades para comunicarse o hacerse entender, o trastorno del lenguaje receptivo, en los casos en que el menor manifieste problemas para entender a otros.
No obstante, también existen otras condiciones o trastornos que pueden complicar la comunicación en los más pequeños, por lo que resulta indispensable recurrir al especialista para que evalúe al niño e identifique su problema con el lenguaje.
Ahora bien, un retraso en el habla y el lenguaje suele ser un hecho mucho más común de lo que se piensa, teniendo una mayor incidencia entre los varones que entre las niñas. Así, de acuerdo a las estadísticas, cerca del 5% de los niños presenta algún tipo de síntoma de trastorno del desarrollo del lenguaje, manifestándose en una gran parte de los casos, antes de los 4 años de edad.
Con el fin de identificar trastornos en el lenguaje del niño, es necesario prestar atención a algunos de los síntomas que puedan presentar, los cuales se podrían presentar en distintos niveles de gravedad:
En los casos de niños con trastorno del lenguaje expresivo, estos muestran complicaciones para expresar sus necesidades, con señales que se manifiestan al no poder organizar oraciones o frases simples, alterando, muchas veces, el orden de las palabras. Además, utilizan muletillas y les cuesta encontrar las palabras adecuadas cuando hablan.
Por su parte, los pequeños con problemas del lenguaje receptivo, es posible que presenten dificultades para entender claramente lo que dicen otras personas. Además, manifiestan serios inconvenientes para mantener organizados sus pensamientos y acciones, así como para seguir instrucciones.
Algunas señales en el niño nos van a permitir identificar ciertos tipos de trastornos del habla. Una de ellas es la tartamudez infantil, que consiste en la alteración del ritmo y la fluidez verbal, que lo lleva a repetir palabras constantemente. Este problema puede ser tratado profesionalmente desde sus primeras manifestaciones.
La dislalia infantil también es otro de los trastornos del habla, tal vez el más común entre los niños de entre los 3 y 5 años y se caracteriza por la incapacidad del pequeño de articular adecuadamente los fonemas.
Otras señales están referidas a la dificultad que tienen algunos niños al pronunciar ciertas letras, como la R y la J, siendo éstas las más difíciles de aprender.
Además de la ayuda profesional que puede aportar un logopeda, los padres también pueden empezar a reforzar ciertos aspectos en casa, con miras a mejorar la condición de su hijo. En principio, es recomendable informarse al máximo respecto a las dificultades por la que está pasando el niño, con el fin de encontrar la mejor forma de ayudarlo tanto en casa como en la escuela. Tener paciencia y control es fundamental para mejorar su problema de comunicación.
Es importante mantenerse alerta y observar atentamente el comportamiento del niño; esto ayudará a identificar patrones de conducta y dificultades en el lenguaje. Si se consiguen reconocer las señales, será posible establecer el plan de acción más adecuado para ayudarlo.
Aun cuando se dificulte mantener una comunicación fluida con su hijo, es importante que lo escuche y le hable todo el tiempo. Preguntarle cómo le fue durante el día, contarle alguna anécdota, salir a caminar y describir lo que ve, son acciones que van a conseguir incentivar en él el deseo por comunicarse.
También, es recomendable organizar las tareas en la casa y hacerlo partícipe de ellas a través de sencillas instrucciones que pueda cumplir. Involucrar al niño en actividades que representen pasos a seguir como, por ejemplo, enseñarle la preparación de un platillo o el procedimiento para ordenar un mueble, lo ayudará a organizar sus ideas y mejorar su comunicación.
Consulte con el especialista acerca de lo que puede hacer en casa para ayudar al niño a desarrollar sus habilidades de lenguaje. Asimismo, existen programas de entrenamiento para padres que son muy útiles ya que cuentan con actividades y dinámicas orientadas a controlar la ansiedad del pequeño y elevar su autoestima. Además, este tipo de reuniones sirve también para relacionar a las familias que están pasando por situaciones similares, con el fin de intercambiar consejos y experiencias.
Tratar a tiempo los problemas del lenguaje en el niño va a permitir que el menor pueda expresar, sin inconvenientes, todo lo que piensa y siente, a la vez que conseguirá organizar su pensamiento de forma adecuada. Es fundamental mantenerse atento al seguimiento del proceso de desarrollo natural del lenguaje; de presentarse algunos de los síntomas, es preciso acudir al especialista para que pueda evaluar el caso e indicar el procedimiento a seguir.