SALUD & BIENESTAR

Depresión: qué es y cómo hacerle frente


La depresión clínica es una enfermedad severa que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y está cada vez más presente en las sociedades modernas, constituyendo el trastorno mental más frecuente. Sensación de desesperanza, tristeza profunda y ansiedad, son solo algunos de los síntomas que se manifiestan con este mal, considerado la principal causa de discapacidad a nivel mundial. En el presente artículo vamos a conocer de qué se trata esta enfermedad y cómo podemos tratarla.

De qué hablamos cuando hablamos de depresión

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión se caracteriza por la presencia de tristeza profunda, falta de autoestima, pérdida de interés o sensación de placer, sentimientos de culpa, trastornos del sueño o del apetito, falta de concentración y cansancio crónico. Los especialistas manifiestan que esta enfermedad puede deberse tanto a factores endógenos como exógenos.
Los factores endógenos hacen referencia al “déficit de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina y la dopamina, que por estar en deficiencia produce un desequilibrio neuroquímico que genera la enfermedad”. Por su parte, los factores exógenos están referidos a aquellos eventos del entorno exterior que alteran la sensación de motivación y bienestar, como puede ser la muerte de un ser querido, la ruptura de una pareja, la partida de los hijos del hogar, la pérdida de trabajo, entre muchos otros.
Es importante entender que la depresión es, según la OMS, distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo o de las respuestas emocionales a los problemas cotidianos, volviéndose un serio problema de salud cuando se prolonga en el tiempo y se alteran las actividades sociales normales, como trabajar, ir a la escuela o incluso se trastocan las relaciones en el seno de la familia y el grupo de amistades.
Para lograr una clasificación del tipo de depresión que presenta el paciente, los especialistas tienen en cuenta la cantidad e intensidad de síntomas que se manifiestan y la regularidad con la que se dan estos episodios. Así, se entiende que este trastorno mental frecuente puede clasificarse como leve, moderado o grave.

Cómo se manifiesta la depresión: diez señales de alerta

Aunque en la depresión cada tipo presenta síntomas propios, los más comunes y recurrentes para estar alerta son:
1. Profunda tristeza y ansiedad.
2. Desinterés por lo que antes se sentía pasión.
3. Alteración del sueño.
4. Trastorno en la alimentación.
5. Sentimiento de desesperanza e inutilidad.
6. Sentirse extraño en ámbitos propios, como en reuniones familiares o de amigos.
7. Falta de deseo sexual.
8. Desinterés por el aseo personal y el aspecto físico.
9. Dolor físico agudo y persistente.
10. Ideas y pensamientos reiterados respecto a la muerte como solución a los problemas.
Debido a que los síntomas de la depresión no se manifiestan de la misma manera en todas las personas, es importante que la red social de apoyo cumpla su función y detecten estas alteraciones.

La depresión en hombres y mujeres

Este trastorno se presenta de manera diferente entre hombres y mujeres. Por lo general, los hombres se muestran reacios a reconocer este trastorno ya que lo emparentan con una sensación de debilidad, por lo que guardan las apariencias incluso ante sus allegados. La actitud del varón deprimido se manifiesta más por volverse temerario y agresivo.
Las mujeres, por su parte, tampoco suelen asumir su cuadro; sin embargo, en su caso es por falta de confianza y contención. Usualmente, su actitud es la de evadirse de la realidad, ya sea comiendo, durmiendo, mirando televisión o a través de la condición más característica: la de sentirse inferior al resto.

Las mujeres se deprimen más que los hombres

Si bien los estudios aseguran que esta enfermedad afecta por igual a personas de cualquier región, edad o condición social, está comprobado que las mujeres son más propensas a sufrir depresión que los hombres, en una relación dos veces superior. Por el momento, los especialistas en salud mental encuentran como factores preponderantes a la cuestión hormonal y las fases por las que pasa una mujer en su vida, como las mayores incidencias en la depresión femenina. Otros factores que influyen son el historial familiar, el ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia y el estrés cotidiano al que todas están expuestas.

La depresión en niños y adolescentes

Según los expertos de la OMS, los niños también padecen este trastorno de la misma forma que los adultos, aunque los síntomas suelen ser diferentes. A diferencia de las personas mayores, los niños tienden más a mostrarse agobiados, violentos y con dolencias del tipo psicosomáticas. Factores endógenos afectan a los niños y adolescentes; sin embargo, son las causas exógenas las principales desencadenantes de la depresión infantil, manifestándose en el caso del divorcio de los padres, adiciones familiares o falta de compañerismo, entre otras.

La red social de apoyo contra la depresión

El entorno que rodea a la persona que padece de depresión juega un papel fundamental para ayudar en la recuperación del paciente. Resulta esencial que se pueda crear una verdadera red social que acompañe e impulse hacia adelante en conjunto, ya que quien sufre de esta enfermedad no podrá hacerlo solo.
Para que la red de amigos y familiares pueda ayudar de verdad, es necesario que sienta interés por la tarea que asume, de otro modo, es muy probable que los involucrados cometan errores causados por el hastío y el estrés que la situación conlleva. El error más común es recriminarle a quien está deprimido su situación, como si fuera una decisión voluntaria.
A fin de brindar la atención necesaria de acuerdo a cada problemática, el tratamiento para personas con depresión requiere de centros médicos con equipos multidisciplinarios que evalúen cada caso y diagnostiquen correctamente a cada paciente; los antidepresivos no son una solución mágica ni tampoco el remedio para cualquier persona.
Para ayudar a quien está deprimido es importante que se muestre apoyo y contención. Hay pacientes a quienes les alcanza contar con una buena red social de apoyo, mientras que hay otros que necesitarán de asistencia profesional. Saber reconocer la enfermedad es un paso altruista hacia la recuperación del paciente.

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