La medicina integrativa postula que la buena salud debe ser consecuencia de una adecuada integración de cuerpo, mente y espíritu y no solo de la ausencia de enfermedades. En esa línea, resulta necesario encontrar la combinación ideal de alimentos que contribuyan a un correcto equilibrio, tanto en el aspecto físico, como en el psíquico y emocional, y a eso apunta la nutrición integrativa, orientada a mejorar el estilo de vida de las personas. En el siguiente artículo vamos a conocer un poco más del tema y a dar cuenta de su importancia para lograr vitalidad positiva.
Cambiar nuestros hábitos de consumo no es tarea fácil; el entorno social, las relaciones familiares, la cultura y el estilo de vida, condicionan, en gran parte, el patrón de alimentación de las personas y alterarlo requiere de mucho más que decisión. Además, el equilibrio emocional también es un factor determinante para conseguir ese cambio tan anhelado.
Con esas condicionantes, resulta sumamente complicado cumplir con dietas o con cualquier acción dirigida a modificar aspectos de nuestra vida, como hacer deporte o iniciar una actividad social.
La nutrición integrativa representa un novedoso concepto en dietas que deriva de los principios básicos de la medicina integrativa, es decir, orientada a considerar a la persona como un todo, y a estudiar el vínculo que existe entre la salud del organismo y su relación con el entorno. De esa forma, busca mejorar el estilo de vida de los individuos.
El cambio en el estilo de vida que representa la dieta integrativa resulta fundamental para hacerle frente a cualquier tipo de enfermedad crónica, desde la diabetes hasta la obesidad, pasando por enfermedades respiratorias, cardiovasculares o inflamatorias. Este cambio, además, se puede iniciar a cualquier edad y no constituye una simple dieta de corto plazo sino todo un compromiso personal para lograr una mejora definitiva.
Uno de los pilares principales sobre los que se sostiene la nutrición integrativa es que la alimentación debe ser lo más natural posible; esto implica consumir productos orgánicos, libres de cualquier tipo de aditivos o sustancias conservantes y elaborados con insumos frescos y ecológicos.
Ahora bien, no basta con dejar de consumir productos procesados y grasas saturadas para considerar una alimentación ideal, es preciso establecer una dieta rica en nutrientes, con todo lo adecuado para el perfecto funcionamiento de nuestro organismo; por ello, la nutrición es el segundo pilar fundamental de la dieta integrativa.
La función reguladora representa el tercer pilar de la nutrición integrativa ya que la ingesta de alimentos deberá estar adaptada al ritmo biológico de la persona. Así, no todos los alimentos pueden ser consumidos a cualquier hora y la dieta debe ser establecida de acuerdo a las necesidades precisas para conseguir el estado de salud ideal.
Disminuir los niveles de toxicidad en el cuerpo, potenciar el sistema inmunológico y optimizar la salud gastrointestinal son los objetivos principales de la nutrición integrativa. La idea es aportar todos los nutrientes necesarios para la correcta función del organismo, así como las calorías necesarias para conseguir el peso ideal. La dieta integrativa deberá estar adaptada a cada persona, siempre sobre la base de los pilares indicados en los párrafos anteriores.
Cada cambio en la alimentación deberá ser estratégico para cada individuo, por ello, los objetivos nutricionales muy generales no consiguen un cambio significativo en la vida de las personas. La dieta integrativa se adapta perfectamente a las necesidades nutricionales de quienes la siguen, considerando aspectos como la situación personal, el entorno y el compromiso de cada uno. Con este novedoso concepto nutricional es posible conseguir un cambio de vida orientado a la felicidad plena.
Ser conscientes de la acción de comer y de lo importante que es para nuestra salud, nos permitirá seleccionar aquellos alimentos que se adapten mejor a nuestro organismo, sintiéndonos mucho mejor en todos los aspectos de nuestra vida. Para conseguirlo a través de la nutrición integrativa, se deberán seguir estos pasos elementales:
El punto de partida para realizar un cambio en tu vida con la nutrición integrativa es el de trazar objetivos tangibles, aquellos que permiten afrontar el futuro con actitud positiva y lo suficientemente motivados como para seguir avanzando. Los objetivos deberán ser concretos y orientados al bienestar físico y emocional, más allá de la simple cuestión estética.
A partir de ahí, es preciso ser conscientes del momento físico y emocional que se está viviendo, a fin de determinar con mayor exactitud el tipo de alimentación que se necesita. De esa forma, podremos sintonizar adecuadamente nuestros objetivos con aquellos alimentos que consumimos. Hacer de la alimentación un acto consciente es fundamental para mejorar distintos aspectos de nuestra vida a través de la dieta.
Siendo conscientes de nuestro momento actual y de los aspectos que necesitan ser modificados, es necesario buscar opciones saludables que permitan realizar el cambio con buenos resultados. En este punto, dejaremos atrás muchos alimentos a los que estamos acostumbrados a consumir y los reemplazaremos por otros que nos ayuden a cumplir nuestros objetivos nutricionales.
Por último, es imprescindible mantener el compromiso asumido con los cambios, con absoluta consciencia de lo necesario de los resultados. Cuando se es consciente de lo importante de la alimentación para mejorar la salud física, mental y emocional, y que nadie va a lograr mejores resultados que uno mismo, mantenerse comprometido es mucho más fácil y realizable.
La preocupación por mejorar la calidad de los alimentos que consumimos debe estar basada en mantener en óptimas condiciones nuestra salud y no en mejorar el aspecto estético o curar una determinada enfermedad. Por ello, es fundamental que el paradigma de curarnos cuando la enfermedad aparece sea cambiado por la cultura de la prevención. La nutrición integrativa ayuda a disminuir los riesgos de padecer enfermedades crónicas a la vez que consigue un adecuado equilibrio de nuestra salud física, mental y emocional.