Ser saludable no solo significa estar libre de enfermedades o padecimientos, sino que representa contar con un estado absoluto bienestar, tanto físico y mental como social. Por ello, se desprende que la salud mental de las personas es parte del bienestar general del ser humano.
Una de las bases de la salud mental es aprender a tomar control sobre las emociones de manera equilibrada, es decir, tener el temperamento adecuado para poder evaluar las diferentes situaciones y controlar las reacciones que florecen de forma instintiva.
Se sabe que los seres humanos nos diferenciamos de los animales porque somos capaces de discernir y racionalizar; sin embargo, también somos seres fuertemente influenciados por las emociones y el saber controlarlas no es una tarea para nada sencilla.
Lo principal es reconocer que existen reacciones que algunas personas interpretan como la energía necesaria para realizar alguna tarea, mientras que otras como la razón para desistir. Por ejemplo: en una entrevista laboral, los nervios pueden jugarle una mala pasada a un individuo, hacerlo tartamudear e impedirle contestar una pregunta de fácil respuesta; a otro, por el contrario, le puede permitir realizar una presentación enfática y digna de un líder, logrando capitalizar las tensiones a su favor.
Como la mayoría de las habilidades, reconocer, interpretar y saber utilizar las emociones para tu beneficio es una herramienta que se mejora con la práctica. Por eso es tan importante que puedas reflexionar sobre las emociones que experimentas y evalúes tu comportamiento ante ellas.
Hay muchos consejos respecto a las emociones que se transmiten de boca en boca, sin sustento científico y que no representan ninguna respuesta a una falta de control. Por el contrario, hay especialistas en inteligencia emocional que sí han logrado verificar, con resultados positivos, herramientas que sirven para controlar emociones desfavorables:
Racionalizar nuestras emociones y lograr controlarlas es un objetivo que se debe conseguir con trabajo constante y persistente; por ello, es fundamental comprometernos para tal fin ya que, de lo contrario, los resultados no serían beneficiosos.