SALUD & BIENESTAR

Todo lo que debes saber sobre la obesidad infantil


Atrás quedó la época en la que se pensaba que un niño de complexión gruesa era la cabal demostración de salud y bonanza; en la actualidad, se sabe que esta concepción, así como aquella que llevaba a creer que el sobrepeso y la obesidad era un problema de países desarrollados, son ideas absolutamente erradas. Hoy en día, los padres ven con mayor asombro cómo sus niños engordan sin encontrar una respuesta que resulte adecuada a esta problemática tan dañina que aprendió a no discriminar ni por sexo, edad, nacionalidad ni clase social.
La obesidad infantil está creciendo de manera exponencial en todo el mundo, encendiendo las alarmas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que ya la considera una epidemia y sobre la que pronostica cifras alarmantes para las próximas décadas, superando a la insuficiencia ponderal (estar por debajo del peso saludable). En el siguiente artículo te enterarás de los pormenores para poder entender la obesidad infantil, con información clara y precisa, para pasar a la acción como adultos responsables.

La mirada especialista

La OMS define la obesidad como la “acumulación anormal o excesiva de grasa que puede perjudicar la salud” y anuncia que, según sus registros, esta problemática ha pasado de contar con una tasa mundial menor al uno por ciento entre niños y adolescentes en el año 1975, al ocho por ciento en la actualidad, lo que representa 50 millones de niñas y 74 millones de niños en todo el mundo, tendencia que no parece revertirse en el presente.
Según los datos ofrecidos en el mismo informe, la obesidad entre los niños y los adolescentes “se multiplicó por 10 en los cuatro últimos decenios” a causa de múltiples factores, siendo los más representativos la mala o escasa política pública de los países en materia de salud y lo barato que sale estar mal nutrido. “En muchos países de ingresos medianos, como los de América Latina y el Caribe, los niños y los adolescentes han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso”, anuncian los especialistas de la OMS que ya califican de epidemia a la obesidad infantil y saben que no se la puede combatir con una simple intervención aislada y esporádica, sino que requiere de un verdadero compromiso social. Por caso, en 8 de cada 10 puestos de venta de comida en escuelas españolas se pueden conseguir bebidas azucaradas, mientras que solo el 30% de los niños en edad escolar comen frutas como parte de su dieta.

Entornos obesogénicos: la raíz del problema

Sin lugar a dudas, la posmodernidad ha traído algunos hábitos que están afectando negativamente la salud de los infantes; entre ellos, la costumbre de consumir comida rápida. A esto, se le suma la problemática familiar de suplir el contacto físico emocional con regalos tecnológicos, como los smartphones, tablets o consolas de juego, que parecen abonar el terreno para que el sedentarismo instale hábitos poco saludables en los más pequeños.
Sobre los entornos favorables para el desarrollo de la obesidad infantil, la OMS, en su Informe del año 2016 de la comisión para acabar con este problema, afirma: “Muchos niños crecen actualmente en un entorno obesogénico, que favorece el aumento de peso y la obesidad. El desequilibrio energético se debe a los cambios en el tipo de alimentos y en su disponibilidad, asequibilidad y comercialización, así como al descenso en la actividad física, pues se ha incrementado el tiempo dedicado a actividades de recreo sedentarias”.

El milagro empieza por casa

Prevenir la obesidad infantil requiere que los adultos del hogar establezcan hábitos saludables que se mantengan con el tiempo. Comer frutas y verduras diariamente, practicar algún tipo de deporte y establecer rutinas al aire libre, son algunas de las alternativas más recomendadas.
En muchos casos, apostar por un estilo de vida saludable implica un cambio más o menos radical, por lo que establecer metas claras y objetivamente alcanzables ayudan a lograr una mejor implementación.
Cuanto más chicos empiecen con este tipo de hábitos y más realistas sean las metas, mejores resultados se obtendrán en el tiempo, creando, además, excelentes experiencias compartidas en familia.

Asimismo puede ser de gran ayuda acudir a un centro médico con profesionales especializados que nos aconsejen y orienten sobre el tipo de dieta que deben seguir nuestros hijos e incluso nosotros mismos.

Permitidos y saludables

Al momento de pensar en dietas para niños que tienen sobrepeso, las aguas se dividen entre los profesionales en cuanto a lo que se entiende por permitidos. Estos, entendidos como recreos en la alimentación, deben ser controlados por adultos responsables que entiendan cuál es la realidad particular de cada niño o adolescente para medir la peligrosidad que puede conllevar un inocente permitido.
Desde la OMS se aboga por un esquema de seis puntos que permitiría acabar con la epidemia de la obesidad infantil y consiste en promover el consumo de alimentos saludables; facilitar la actividad física; brindar atención pregestacional y prenatal; promover la dieta y la actividad física en la primera infancia; desarrollar y profundizar la salud, la nutrición y la actividad física para los niños en edad escolar y concientizar sobre el control de peso.

10 máximas sobre la obesidad infantil

La obesidad infantil requiere que se atiendan una serie de mitos y preconceptos respecto a la alimentación y a los hábitos, para que esta no parezca una batalla perdida de antemano. Especialistas en la materia brindan su top 10 para combatirla:
1. La obesidad infantil trae aparejados efectos psicosociales negativos.
2. La obesidad infantil dejará una huella permanente en la salud del adulto.
3. La obesidad infantil es más fácil de controlar si se come en el seno familiar.
4. Los alimentos no son un premio o un castigo.
5. La obesidad es la puerta de entrada para otras enfermedades y trastornos.
6. El desayuno no es una alternativa opcional, es base en un plan alimenticio saludable.
7. La mala nutrición altera el desarrollo físico e intelectual del niño y el adolescente.
8. Es fundamental incentivar a los niños y adolescentes a que practiquen actividades deportivas que los aleje del sedentarismo.
9. La ingesta de frutas y verduras no puede dejarse como tarea para el futuro.
10. Se debe predicar una vida saludable a través del ejemplo.

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